Aprender a disfrutar de la desesperación.

SWANS - To Be Kind (2014)

La magia está en los detalles.

Recuerdo que me encontré con Swans por primera vez gracias a Anothony Fantano de The Neddle Drop, lo primero que me llamó la atención fue la tapa de The Seer, puse play y fracasé en el intento, me superó... Tiempo después Anthony subió su reseña de este discazo, le dio un rotundo 10, así que fue suficiente motivo como para animarme a escuchar Swans de nuevo. Me enamoré. 

No me voy a medir con lo que voy a decir de Swans y de este disco en particular... Creo que TBK los coloca en el podio de las grandes bandas, junto a King Crimson, Pink Floyd, Tool, The Mars Volta y todas las que se te ocurran. Te aseguro que si entrás en sintonía con el limado de Gira, su música te va a acompañar durante décadas, y cada vez que vuelvas a escucharla la vas a asimilar de una forma diferente. 

Al principio el desafío es soportar la monotonía, la repetición, que por momentos hasta llega a parecer absurda o innesesaria, pero te aseguro que no es ni una cosa ni la otra. Swans puede crear el ambiente musical más complejo y completo que existe con solo UNA nota, tocarla durante 10 minutos y dejarte estupefacto, siempre y cuando descubras cual es el planteo artístico del grupo. Parecen minimalistas, pero están lejos de serlo. 

Lo mejor que se puede hacer con este disco es escucharlo a oscuras y solo/a, no hacer nada, no pensar en nada. No tengo interés en analizar los temas por separado, pero sí me gustaría que sepas que lo mejor de lo mejor está en Bring The Sun, ese tema es pura maldad, dura como 30 minutos y no hay ni un solo segundo desperdiciado.
En cuanto a la producción pienso que es una esquisitez. Hay sonidos que no sabes si vienen de un teclado, de una guitarra llena de pedales o de un animal, todo es absolutamente único. Suena absurdamente pesado por momentos, y en otros bajan a la delicadeza más hermosa que pueda existir, el bajo y las guitarras vomitan todo el fuzz que otras bandas se guardan, y los crescendos, ¡por favor! nadie logra lo que estos tipos, sabelo. Empiezan con dos instrumentos tocando a un volúmen casi imperceptible y 5 minutos después siguen haciendo lo mismo pero tenés encima un maremoto de sonidos taladrandote la cabeza que no sabes de donde mierda salieron.

En fin, Swans es bastante terrorífico, pero a la vez hermoso, su música me hace acordar a esas cosas que de chiquito presenciabas y te asustaban pero que te morías por ver otra vez. Swans habla de algo oculto, de eso que se supone que no queremos saber de nosotros mismos, pero que se convierte en algo necesario. Está bueno conocerse.

Raul García Posse. 

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